INFORMATIKAFOBIA
Durante los últimos años he estado escuchando a mucha gente hablar en una jerga que no entendía y que cuando preguntaba se volvía mas complicado entender. Pero no sólo eso cuando veía a gente trabajar en sus ordenadores y ver cómo se movía de rápido la flecha del ratón, de aquí para acá reconvirtiendo la imagen en otras imágenes a veces en segundos, y volvía a preguntar, de nuevo surgía esa jerga incomprensible y dura para mis oídos.
Así pues mi curiosidad se fue apagando y pensé que no necesitaba de esa jerga ni de las aplicaciones que se podían hacer con ellas.
Pero los años pasaron y cada vez más esa jerga iba penetrando en mi mundo alrededor…, y cada vez tenía más adeptos y parecía que los resultados eran buenos para todo el mundo menos para mí. Pensé incluso en un momento que era una aventura pasajera que estaba revolucionando al mundo, pero cuando de verdad se dieran cuenta, no era tampoco tan bueno. Seguro que todo volvía a la normalidad, como antes, donde todos nos entendíamos sin esa pedante jerga.
NO QUERÍA SABER NADA DE ESO QUE SE LLAMA INFORMATICA
Así que lo fui dejando a un lado año tras año. Pero esa moda no paso, se mantuvo e incluso se volvió más dañina, ya que esa jerga se apropió de mi alrededor más cercano: mi padre de 84 años hacía un curso de informática y aprendía a trabajar y moverse en ese mundillo.
Durante los últimos años he estado escuchando a mucha gente hablar en una jerga que no entendía y que cuando preguntaba se volvía mas complicado entender. Pero no sólo eso cuando veía a gente trabajar en sus ordenadores y ver cómo se movía de rápido la flecha del ratón, de aquí para acá reconvirtiendo la imagen en otras imágenes a veces en segundos, y volvía a preguntar, de nuevo surgía esa jerga incomprensible y dura para mis oídos.
Así pues mi curiosidad se fue apagando y pensé que no necesitaba de esa jerga ni de las aplicaciones que se podían hacer con ellas.
Pero los años pasaron y cada vez más esa jerga iba penetrando en mi mundo alrededor…, y cada vez tenía más adeptos y parecía que los resultados eran buenos para todo el mundo menos para mí. Pensé incluso en un momento que era una aventura pasajera que estaba revolucionando al mundo, pero cuando de verdad se dieran cuenta, no era tampoco tan bueno. Seguro que todo volvía a la normalidad, como antes, donde todos nos entendíamos sin esa pedante jerga.
NO QUERÍA SABER NADA DE ESO QUE SE LLAMA INFORMATICA
Así que lo fui dejando a un lado año tras año. Pero esa moda no paso, se mantuvo e incluso se volvió más dañina, ya que esa jerga se apropió de mi alrededor más cercano: mi padre de 84 años hacía un curso de informática y aprendía a trabajar y moverse en ese mundillo.
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